Antes del ejercicio o Pre-Hidratación.
Empezar cualquier actividad física con un buen estado de hidratación nos ayudará a mejorar nuestros resultados durante toda nuestra actividad física. Si complementamos nuestra ingesta de agua con una alimentación equilibrada nuestro organismo obtendrá una cantidad de electrolitos correcta para empezar la actividad.
Durante el ejercicio
En sesiones o entrenamientos de poca intensidad, o que no superen los 40 minutos, podemos basar nuestra hidratación en pequeñas cantidades de agua que nos ayuden a recuperarnos del esfuerzo, y no vernos afectados por la fatiga. El objetivo será compensar las pérdidas de líquido con ingesta de agua, tomada siempre en pequeñas dosis.
Después del ejercicio o Rehidratación.
Tras finalizar la actividad física es suficiente hidratarnos con agua, sin embargo, si se ha realizado una gran actividad recurrir a una bebida deportiva isotónica puede ser una buena opción ya que además de sodio y potasio contiene también carbohidratos, los cuales son buenos para reponer el glucógeno muscular. En caso que no te gusten este tipo de bebidas, un buen sustituto sería la combinación de agua junto a un Snack Reparador.
Dieta equilibrada. Así como debe aumentar la ingesta de proteína y carbohidratos, la dieta debe ser baja en grasas saturadas. Tampoco son recomendables los alimentos fritos o abundante en aceites.
Ritmo de sueño regular. Es recomendable dormir ocho Horas. Es beneficioso dormir una pequeña siesta después de comer (no más de 15 minutos). Asimismo, después de un entrenamiento intenso y de una competencia deportiva se aconseja descansar de 30 a 60 minutos.
Deben realizarse estiramientos 5 minutos antes de realizar una actividad física, para preparar los músculos para el ejercicio.
Evitar fumar y consumir alcohol potenciarán aún más nuestro rendimiento deportivo.